Pequeño extracto de uno de sus capítulos’

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La literatura crea personajes con los que identificarnos, nos acerca a sus emociones y a través de ellas, nos permite comprender las alegrías, bien sea de una buena relación amorosa o de un amistoso tratado internacional; también la desolación ante una tragedia, bien sea un terremoto, una guerra, un exilio, o un crack económico. La literatura es un arma bella y poderosa, una batería de cañones con capacidad de expandir sentimientos y, con ellos, aglutinar energías reivindicativas. Es, y así debe ser, una caja abierta divulgando múltiples luces y, con sus sombras, infinitos contrastes. La censura es su antítesis. 

John Steinbeck[1] en el año 1937 nos legó la novela ‘De ratones y hombres por la que recibió el ‘Pulitzer’. Dos años más tarde publicaría ‘Las uvas de la ira’. En la primera, basada en su propia experiencia como vagabundo en los años veinte, nos habla de dos jornaleros atravesando California en busca de trabajo, George es perspicaz y líder del pequeño grupo, Lennie es bonachón y fuerte. En las credenciales de presentación ante los capataces, George dice de Lennie: «No es muy inteligente, pero sin embargo trabaja como un diablo». En ‘Las uvas de la ira’, se narra las dificultades de la familia Joad tras abandonar su domicilio en Oklahoma y con destino a California en busca de una vida mejor.  Steinbeck tras sentirse indignado por las condiciones de vida a que habían sido confinadas millones de seres humanos tras la Gran Depresión escribió: «Deseo colocarles la etiqueta de la vergüenza a los codiciosos cabrones que han causado esto».

Personalmente no soy amigo de poner etiquetas a nadie, pero coincido con Steinbeck en que hay situaciones en que…

Publicadas las dos novelas, el autor no tardó en tener problemas de censura y prohibición con diversos estamentos de la administración de su país. Fue acusado de utilizar un lenguaje vulgar en el caso de De ratones y hombres’ y de hablar deliberadamente de la pobreza que afectaba a millones de americanos en ‘Las uvas de la ira’. Los bibliotecarios de St. Louis Public Library, en 1939 organizaron una gran pira pública con todos los libros a su alcance de ‘De ratones y hombres’ y de ‘Las uvas de la ira’. —Fuego purificador—, decían.

Hoy son texto obligatorio en muchas escuelas de EE.UU. Las dos llegaron a la gran pantalla de la mano de los actores John Malkovich en la primera y de Henry Fonda en la segunda. Similar trayecto tuvo también la conocida novela de J. D. Salinger ‘El guardián entre el centeno’;Holden Caulfield, protagonista de la novela se convirtió en un símbolo de la rebeldía adolescente. Fue uno de los libros más prohibidos en las escuelas de EE. UU. Numerosos maestros fueron amonestados, incluso expulsados por llevar la novela a las aulas.

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Si los déspotas de cualquier disciplina o color, restringiendo al autor el derecho a expresarse; si por medio de la amenaza y la coacción consiguieran cerrar la boca (la pluma) del escritor, las historias de la gente, sus alegrías y tristezas, sus triunfos y fracasos, su humanidad y su barbarie, su pasado y su presente, sin lugar a duda padecerían… Las historias, nuestras historias, estarían incompletas, habrían llegado a un falso fin, a un inacabado relato. Ray Bradbury, consciente de estos peligros narraba en ‘Crónicas marcianas’:

«Primero censuraron las revistas de historietas, las novelas policiales, y por supuesto, las películas, siempre en nombre de algo distinto: las pasiones políticas, los prejuicios religiosos, los intereses profesionales. Siempre había una minoría que tenía miedo de algo, y una gran mayoría que tenía miedo de la oscuridad, miedo del futuro, miedo del presente, miedo de ellos mismos …/… Tenían miedo de la palabra ‘política’, que entre los elementos más reaccionarios acabó por ser sinónimo de comunismo, de modo que pronunciar esa palabra podía costarle a uno la vida. Y apretando un tornillo aquí y una tuerca allá…, el arte y la literatura fueron muy pronto como una gran pasta de caramelo, retorcida y aplastada, sin consistencia y sin sabor…».


[1] John Ernst Steinbeck, (1902-1968) Escritor estadounidense, premio Nobel de literatura. Autor de novelas como ‘De ratones y hombres’, ‘Las uvas de la ira’, ‘La Perla’, y ‘Al este de Edén’. Premio Pulitzer en 1940

3 comentarios sobre “-BREVE HISTORIA DE LOS LIBROS PROHIBIDOS, y quemados

  1. Bienvenido sea este libro.
    Y aunque me temo que se seguirán prohibiendo libros,queda la esperanza de que como tú, habrá personas que encenderán velas cuándo intenten meternos en la oscuridad.
    Gracias.

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