Ramiro Pinilla, bilbaíno de origen, de profesión…, obrero. Primero, por cuenta ajena, tanto en la dura tarea de maquinista naval, como, más tarde, aburrido empleado en la fábrica de gas de Bilbao. Segundo, aunque por cuenta propia, siguió siendo obrero, para el caso, obrero de las letras, de las palabras escritas, del hechizo desbordante de un mago de la literatura. De un mago apenas conocido y que a mi ver —justo es reconocer—, debería ser merecedor de la gloria de los consagrados. Tal vez algún día, en la lejanía de los años futuros, en la liberación de tanta inmediatez y atosigamiento informativo y comercial, tal vez digo, Ramiro Pinilla García alcance el aura de quienes han sido capaces de traspasar el túnel del tiempo.

Juan Cerezo, director de la editorial Tusquets, tras abordar la trilogía ‘Verdes valles, colinas rojas’ diría de su autor: «…me dejó asombrado la lectura de su novela sobre el País Vasco. Era un festín narrativo como no recordaba en mucho tiempo. No me podía imaginar que alguien hubiera desplegado tanta inventiva, talento y ambición en un ciclo novelesco sin cortapisas ni miedos a su propia imaginación».

Cerezo, no fue el único en reconocer la valía literaria del viejo Pinilla.

—Premio Nadal en 1960, —Premio de la Crítica en 1962, —finalista del Premio Planeta 1971, —Premio Euskadi de Literatura en Castellano 2004, —Premio de la Crítica 2005, —Premio Nacional de Narrativa 2006, —Premio Euskadi de Literatura en Castellano 2013.

Hasta aquí, estos fueron los más significativos. Ya no tuvo tiempo para más, fallecía en Baracaldo el 23 de octubre de 2014.

Aunque ‘Verdes valles, colinas rojas’ por su envergadura (tres tomos de unas 700 páginas cada uno) a priori podría juzgarse apabullante, nada más lejos de la realidad. Hay que dedicarle tiempo —claro— y, si se trata de disfrutar…, ¿quién tiene prisa o urgencia con la buena literatura, con las buenas historias? ¿quién abrazaría con precipitación ‘Guerra y Paz’ de Tolstoi, o los tres tomos de ‘El señor de los anillos’? El crítico literario Santos Sanz Villanueva, sobre la trilogía de Ramiro Pinilla dejó escrito:

… «Pérdida de las raíces, mezcla de sangres, verdes valles de un paradisiaco mundo primitivo amenazado, colinas rojas por la bandera y la sangre de los trabajadores de las fábricas y las minas lanzadas a la revolución… Nacionalismo, capitalismo y socialismo. Un retrato histórico explosivo del fin de un tiempo edénico y del arranque de un futuro inquietante». Para más adelante indicarnos: «Historias de ambiciones sin límite, amor y odio, riqueza y miseria, leyenda y cruda realidad…».

          De él, de la personalidad del escritor, Fernando Aramburu decía:

«…arrastró de por vida el recuerdo tenebroso de la represión. Pasadas las décadas, aún se acordaba de aquellos falangistas de principios de la posguerra que iban por las casas de Getxo y alrededores buscando carne de paredón».

 Otra de sus novelas, entre las preferidas para su público y seguidores literarios, es ‘La Higuera’.

Una breve y en otras ocasiones utilizada sinopsis sería:

«El origen del relato es la Guerra Civil Española, con prolongación hasta mediados de los 60. La construcción en 1966 de un nuevo instituto de enseñanza media en Getxo desentierra la historia del hombre solitario que decidió recluirse en el solar y cuidar de una higuera al poco de acabar la Guerra Civil. Se trata de Rogelio Cerón, falangistas de los que fueron casa por casa para llevarse a fusilar contra las tapias del cementerio a varios hombres de Getxo. En una de sus visitas, Cerón se tropieza con la mirada de odio de un niño que se resiste a que le arrebaten a su padre, una mirada que despierta de inmediato en la imaginación del falangista la certeza de que ese niño, cuando crezca, lo matará. Su sugestión aumenta al día siguiente, cuando se encuentra con que los fusilados están enterrados en una fosa común donde alguien ha plantado una higuera. Cerón ya no podrá ser el mismo. Incluso vigilará estrechamente la vida de ese niño, intentará alejarlo de Getxo, tutelar sus estudios para evitar la maldición, el retorno insufrible del pasado y la culpa».

Una ficción magistral sobre la venganza y el perdón, sobre las derrotas, las humillaciones y las inesperadas burlas de la Historia, esas que acaban sentenciando el destino de cualquier hombre.

De su bibliografía añadiría algunos más, que no todos de la larga lista:

—«Las ciegas hormigas»

—«Seno»

—«Antonio B. El ruso. Ciudadano de tercera»

—«Andanzas de Txiki Baskardo»

Ramiro Pinilla; vasco de txapela, vasco sin fronteras, obrero por elección. Hombre de rostro recio y corazón en el flanco que corresponde.   

2 comentarios sobre “-UN VASCO SIN FRONTERAS

  1. No sé si te habrá llegado,he escrito una parrafada,de el abuelo Porretas,pero,no sería capaz de reproducirla.

    No es fácil mandar comentarios no?

    Miro ahora como se puede hacer,aún que ya lo he hecho otras veces.

    Un abrazo,Emilio.

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  2. Lo recuerdo,en los 70,con Mikel Corcuera,en una asamblea con (no te lo pierdas)Tomas Tueros,el ya era una celebridad,que yo,sentí,que necesidad tiene?.

    Pero lo entendí,no es cuestión de necesidad,lo entendí,de tal manera,que aún hoy sigo en ese mundo que imaginé y me permitió ser ,no sé,Utópico,Idealista,ya sé que quiere decir lo mismo,pero no voy a Decir Ramiro Pinilla,pero si aquella reunión.

    Creo que aún que ya militaba en el PC,mi consciencia, apareció allí.

    No en la reunión de Legorreta a mediados de el,o finales,Franco sobrevivía,ya estaba enfermisimo,le quedaban,dos telediarios.Fue,mi primer contacto serio y,yo creí definitivo,de mi militancia.

    Pero no,aquella reunión en Bilbao,fue el detonante.

    Perdona Vladi,me lleva la nostalgia.Conociste a Ramiro Pinilla?seguro lo conoces mejor que yo,a pesar de haberle saludado y,hablado,no creas un buen rato con el.

    Perdona,mi retorica y mi incorrecciones al expresarme de forma escrita(Oralmente,también tengo muchos fallos(.

    Un fuerte abrazo

    Emilio.

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